FRAY DAMIÁN DE VEGAS, España, siglo XV.
ESTÁTE, SEÑOR, CONMIGO
-->
Estáte,
Señor, conmigo
siempre,
sin jamás partirte,
y
cuando decidas irte,
llévame,
Señor, contigo;
porque
el pensar que te irás
me
causa un terrible miedo
de
si yo sin ti me quedo,
de
si tú sin mí te vas.
Llévame
en tu compañía,
donde
tú vayas, Jesús,
porque
bien sé que eres tú
la
vida del alma mía;
si
tú vida no me das,
yo
sé que vivir no puedo
ni
si yo sin tí me quedo,
ni
si tú sin mí te vas.
Por
eso, más que a la muerte,
temo,
Señor, tu partida
y
quiero perder la vida
mil
veces más que perderte,
pues
la inmortal que tú das
sé
que alcanzarla no puedo
cuando
yo sin ti me quedo,
cuando
tú sin mí te vas.